Por más que nos den mil y un consejos, la tristeza no desaparece, los recuerdos tampoco y el sentimiento menos, y como buenos seres humanos, nos gusta ser masoquistas hijos de la tiznada y ahí estamos haciendo lo que solíamos hacer con la persona amada, escuchando las rolas que escuchábamos juntos, viendo fotografías de aquellos momentos inolvidables y en casos más graves, acudiéndo a un buen bar o cantina tratando de ahogar las penas en ese maravilloso veneno etílico (me han contado, no es experiencia personal).
La única solución a estos problemas es el tiempo o encontrando a alguien más a quien querer, no hay otras opciones! ni terapias, ni drogas, ni alcohol, ni retiros espirituales! Es difícil, es visceral, pero así es...
Pero si no tienes a alguien más o eres impaciente, puedes seguir el consejo de los amigos de http://cinismoilustrado.blogspot.com :
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