Reflexiona y participa

"El peor analfabeta es el analfabeta político. El no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. El no sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del calzado y de las medicinas, dependen de decisiones políticas. El analfabeta político es tan ignorante que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, lacayo de las empresas nacionales y multinacionales". Bertolt Brecht, 1934

El vídeo: Las niñas quieren... - Pedro Piedra

martes, 11 de agosto de 2009

Escalando la Malinche

Viernes 31 de Julio. Cuando Luis me sugirió el subir al volcán de la Malinche no lo tomé muy en serio. Sin embargo llegó el Viernes y ya había 14 personas más dispuestas a comenzar esta aventura. Aún con cierta incredulidad fui a llenar el tanque de gasolina y a checar que las llantas del auto tuvieran la presión de aire adecuada. Comenzó una ligera llovizna y emprendimos el viaje.
A la cabeza de la caravana Pamela con Luis, Hee (de Corea) y Valentín; seguidos de Pável, su amiga cantante, el novio de su amiga y la chica francesa (a veces soy malo para recordar los nombres); en tercer lugar iba yo con Angélica y Vicente, y en el cuarto auto Pancho con su esposa y Polo con su novia. Fueron aproximadamente unas tres horas de trayecto.
Llegamos a la entrada del Parque Nacional La Malinche aproximadamente a las 21:30, ahí tomamos lo necesario para comenzar a subir, sí, en plena noche. La gente del cuarto auto decidio quedarse en el área de hospedaje, al igual que Vicente y Angélica. El resto continuamos la aventura con tiendas de acampar, bolsas de dormir, comida, agua y tequila (el cuál es vital!!! si tienes sed tomas tequila, si estás enfermo tomas tequila, si te da hambre tomas tequila y si te da frío tomas tequila). Subimos hasta alrededor de la 1 a.m., la mayoría estabámos muy fatigados y decidimos acampar para recuperar fuerza.
Lo primero, crear una fogata, lo cual no fue taaan complicado. Segundo, armar tiendas. Tercero, brindar con tequila. Cuarto, a comeeeer! Después de eso unas melodías para relajar el espíritu y seguir disfrutando de las maravillosas estampas nocturanas que solo la naturaleza puede brindar. Nos dormimos alrededor de las 3 a.m. Poco antes de las 5 a.m. Luis (que fungiría de guía) dijo que si queríamos llegar a la cima al amanecer, debíamos partir ya! La mayoría no quiso proseguir, así que solo Pável, Vale, Luis y yo emprendimos la parte más complicada. Reconozco que los primeros 15 minutos yo iba más dormido que despierto, el frío calaba bastante pero la caminata y el camino sinuoso debido a la oscuridad me hicieron despertar. Además me toco ir al frente iluminando los senderos por lo que tenía que poner más atención. Caminabámos buenos trechos y descánsabamos para admirar la bóveda celeste (y tomar aliento, jajaja).
Debo reconocer que nuestra condición física no es la ideal y la cuesta hacia mella poco a poco en nuestros cuerpos. Después de una hora y media aproximadamente llegamos a un llano fenomenal, donde la hierba seca hacia el terreno muy suave y decidimos quedarnos ahí unos 20 maravillosos minutos. Minutos de reflexión y paz. Vimos unas 15 estrellas fugaces y un extraño objeto que se movía de manera peculiar. El universo tiene tantos misterios! Qué pocas veces nos detenemos a admirar nuestro mundo! Lo más complicado comenzaba, la pendiente era cada vez mayor y el terreno más hóstil, la parte boscosa quedaba atrás y de aquí en adelante solo arena y piedras, continuamente teniamos que ingerir azúcar y líquidos.
El amanecer nos estaba alcanzando y aún no estabamos en la cumbre. El sol nos gano en llegar a la cúspide por unos minutos. El cansancio, había válido la pena, la vista es maravillosa desde allá arriba a más de 4000 metros, la Malinche es la sexta montaña más alta de nuestro país. Desde la punta podemos observar a los otros colosos que parecian retarnos a subirlos: el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y el Pico de Orizaba. Tal vez algún día sea posible.
A mi parecer el regreso fue más complicado, mi cuerpo me reclamaba tanto tiempo de sedentarismo, mi rodilla derecha comenzó a quejarse y resentirse de las heridas pasadas. Después de muchos resbalones llegamos al bosque de nuevo, ya tenía arena hasta en las... uñas... De ahí el trayecto ya era menos díficil pero el cansancio aumentaba... por un momento perdimos la ubicación del campamento, pero a base de gritos pudimos encontrar a nuestros compañeros (no eran gritos desesperados, eh! jajaj).

Al llegar comimos como si fuera la última vez! Todo parecía delicioso! Teniamos que descansar porque aún faltaba llegar hasta donde los autos se habían quedado. Aproximadamente una hora de sueño fue suficiente y comenzamos a recoger las tiendas y provisiones.

Se me hizo taaaaan largo el trayecto de regreso, pero de repente ahí estaba! la tierra prometida! el lugar de donde partimos! Después escribiré algunos detalles más, de momento es suficiente. Vean las fotos! Excelentes vistas!
P.D. Se llama Malinche porque según Hernán Cortés fue el primer hombre "blanco" en subir y lo bautizó como a su amor mexicano, Malintzin. Españoles hijos de la tiznada! (comentario jocoso y no xenófobo).









Visitantes


Estadisticas de visitas